METODOLOGIA Y ACTIVIDADES DOCENTES

METODOLOGIA Y ACTIVIDADES DOCENTES.



I. SER PROFESOR EN LAS AULAS DE HOY

Nada más comenzar me encuentro con un libro que me hace situarme dentro de un contexto educativo próximo, el cual no deja de acrecentar mi deseo por comenzar esta nueva etapa, por ponerme a prueba y saber si estoy preparado para disfrutar cada trayecto que recorra en este viaje que estoy a punto de comenzar.

He de decir que este libro comienza de manera estimulante para un profesor principiante, te abre una puerta desde la cual aparecen diversos caminos por los que continuar y seguir abriendo puertas. Ese deseo de comenzar, de escuchar ese timbre que me revuelva el estómago debido a la incertidumbre de estar a punto de entrar en el aula, hace que me emocione mientras mi cabeza lo imagina.

Todo me lleva a querer ponerme a prueba ante lo nunca antes experimentado, sin saber si lo que llevamos en nuestra maleta será lo que vaya a necesitar en cada día de mi aventura. Por esto se hace imprescindible la autoevaluación y el análisis, porque si no lo realizamos, puede quedar en el olvido y no saber qué es lo más conveniente en cada momento.

Me siento afortunado de haber elegido ser profesor y tener la posibilidad de disfrutar de la aventura que se me avecina.

Es cierto que es importante ser consciente de la actualidad educativa y el contexto en el que nos encontramos cuando realmente nos ponemos en la labor de ser profesor. Por ello, el perfil de profesor que se busca en los centros debe exigir ciertos valores que aseguren el máximo posible la mejor educación en función de sus cualidades.

A la hora de formar parte de un equipo educativo, el compañerismo, el respeto y la empatía deben estar siempre presentes. Todos han pasado por los momentos en los que me voy a encontrar. Desde mi situación, no puedo sobreponer mis ideas y métodos como los más valiosos o los adecuados, he de ser consciente del largo camino que me queda por recorrer y que muchos de mis compañeros ya lo llevarán andado.

Puede que nos llevemos momentos de angustia y desconcierto ante situaciones que se nos escapan debido a nuestra inexperiencia, e incluso por nuestra arrogancia en algunos casos, pero que se compensarán con el entusiasmo e interés. Todas ellas, tensiones que nos irán curtiendo a nosotros los principiantes, en lo que en un futuro próximo tendremos la suerte de llamarnos, buenos profesores.

Ser capaz de superarme, sorprenderme y comprobar que lo que llegaré a ser sin darme cuenta, se corresponde con el tipo de profesor que siempre he querido tener en mi infancia y ser en mi adultez.

Por tanto, sin darnos cuenta, todos hemos hecho una discriminación de los valores positivos y negativos de todos nuestros profesores, aportandonos modelos tanto de profesores como de personas. No debemos renegar de ello, al igual que tampoco podemos idolatrarlos y pretender ser una copia. Debemos forjarnos nuestro propio perfil de maestro al igual que lo hacemos para ser mejor persona.

El hecho de compartir profesión y modo de vida, hace que tengamos una formación constante y común con nuestro propio yo para alcanzar el estado que mejor nos hace sentir. Esto se refleja en consecuencia, en el aula, en el centro con el resto de profesionales y en los diferentes ámbitos de nuestra vida.

Debo estar atento y saber aprender a aprender, tanto de los alumnos como de los profesores, ya sean lo que yo tuve en la infancia, los que me encuentro en cada centro o los nuevos que año tras año se incorporan a la docencia. Es necesario por tanto, dedicar un ratito de nuestras ajetreadas agendas, a escuchar consejos e inquietudes de las personas con las que trabajamos.

No podemos dormirnos y creer que ya lo tenemos todo aprendido, ni mucho menos, ya que en los tiempos y el contexto en el que nos encontramos, los cambios se suceden día tras día. Siempre va a haber alguien que te pueda a portar o por el contrario ser tú el que aporte.

Ahora pienso en un centro escolar y lo veo entre muchas cosas, como si fuese un profesor gigante, con muchas características que moldean y educan a los niños que pasan por él. Cada profesor tiene un perfil determinado, pero cuando ese se va del aula aparece otro con otras características que vuelven a impregnar al alumnado y lo sigue formando como personas.

Hemos de estar preparados para formar parte activa del contexto e intentar adaptarlo lo mejor posible a la vida del centro, intentar evitar que el espacio que existe entre los vertiginosos cambios sociales y el centro, sea demasiado grande y quedar desfasados, sin atractivo para nuestros alumnos. No es justo que por nuestra falta de preparación, ofrezcamos una educación escasa y desfasada en relación al tiempo y contexto en el que nos encontramos.

Como dice Valliant y Marcelo, es solo un paso de un tipo de sociedad a otro. Hay que hacer el esfuerzo de estar al día y saber cuales son los códigos con los que se maneja la sociedad. Si caemos en la frustración o dejadez, estamos a punto de dejar caer por el precipicio todo ese esfuerzo y dedicación previa, invertidos en nuestra formación como maestros.

Ojalá no estemos en ocasiones tan solos antes las paradojas que mencionaba Heargreaves, de los padres exigiendo esa educación que ellos no dan a sus hijos. Debemos luchar por que sea una educación compartida y con coherencia. Pero si se da el caso, como seguro que en innumerables situaciones se dará, en donde los padres se desvinculen y solo exijan, no debemos tirar la toalla y echar balones fuera, ya que nuestra labor sigue siendo la misma y nuestro objetivo real está focalizado en cada niño.

Pero además nos enfrentamos a más paradojas en el marco educativo, como la exigencia al profesorado sin  la contraprestación merecida o sin la formación y evolución necesaria dentro del marco educativo, dejando al desamparo al maestro ante la abrumadora ola de cambios externos, como citan Fink y Stoll.

Esteve nos habla de la 3º revolución educativa, la cual nos a traído un avance espectacular de los sistemas educativos europeos, ante la falta de visión de conjunto que nos ha impedido asimilarlos con la suficiente efectividad que requerían.
Al referirnos a educar en la actualidad se supone que los profesores debemos de educar en competencias, lo cual requiere que los profesores sean también competentes en las facetas que se pretender enseñar.

Somos conscientes de la lentitud de los cambios en el sistema educativo, pero también lo somos del motivo que lo condiciona. Es normal, que al encontrarnos con un sistema educativo formado por personas de diferentes generaciones, éstas no sepan como modificar su metodología en función de los cambios tan rapidos que se producen en la sociedad. Y es que a cuántos de nosotros se nos quedan grandes los cambios tecnológicos en nuestra propia vida diaria.

Pienso que esto afecta de manera significativa a ese cambio, sumado al miedo que en ocasiones nos crea lo nuevo y desconocido, como el salirnos de lo que dominamos y adentrarnos en algo en lo que somos de nuevo principiantes…

Por esto no puedo pensar en que la experiencia me lo va a dar todo, porque si no me quedaré desfasado y poco útil para educar de acuerdo a los tiempos en los que los niños viven, dejándoles desamparados ante los cambios que están viviendo, sin un modelo, sin un aprendizaje adecuado, en definitiva, sin un profesor.

Como apunta Marina, es necesario para conocer lo que quiero enseñar, tener claro el modelo que pretendo conseguir. Para ello hemos de concebir al profesor como una persona práctica con conocimientos teóricos, unido a una capacidad afectiva que comparta con el alumnado. Para que el alumnado pueda desarrollar la inteligencia de manera individual, se debe desarrollar la inteligencia colectiva dentro de un contexto social que promueva este sentido. Por ello es importante que un centro sea inteligente.

De esta manera subyace la importancia de asentar tres factores que influyen directamente sobre la educación de los niños, como lo son la familia, la sociedad y el colegio. Todo hace un entramado de relaciones sociales constante que queda cojo cuando podemos detectar la falta de uno o varios de estos factores.

Es nuestra tarea y responsabilidad por tanto, no convertirnos los educadores en una especie en extinción, como cita Richard Schacht. Si nuestro gremio se hace indiferente a los cambios y no se renueva e involucra en la educación, el resto de la sociedad nos considerará como un gasto público innecesario y fácil de suplantar con otros medios. He aquí por tanto, la razón de nuestra lucha para no solo sobrevivir como docentes, sino dejar constancia de vocación y entrega, que nos hace crecer como personas y educadores, siendo una parte imprescindible de esta sociedad.

Es cierto que a todo el mundo nos halaga que valoren nuestro trabajo, y más cuando hemos puesto esfuerzo en ello, pero realmente, como dice Rassam, debería bastar con el gozo que produce el cumplimiento del deber y contemplar cómo mejoran y van alcanzando las metas educativas que se había propuesto.

Ojala nuestro sistema educativo busque verdaderos profesores de manera crítica y seleccione los más aptos para ejercer, aunque eso pudiera dejarnos fuera a muchos de nosotros, pero que serviría de lección para no dormirnos en los laureles y aplicarnos en función de la importancia de nuestro cargo. Debemos de luchar por conseguirlo mediante una formación continua que nos engrase para que no nos oxidemos.


II. HABILIDADES DOCENTES.

Es cierto que tanto los profesores expertos como los principiantes, tenemos inquietudes y preocupaciones comunes, ya que desde mi opinión personal, la violencia en la sociedad en todos los ámbitos que se puede concebir, es un hecho que está marcando el dinamismo de la vida diaria, tanto de los alumnos, profesores y los centros educativos.

Uno puede ponerse en el lugar que ocupan muchos profesores de nuestro sistema educativo y sentir cómo se critica por igual a la mayoría, remarcando los fallos y convirtiendo todo en un mal común, reflejado en el sentir general de la sociedad. Y esto duele mucho, sobretodo a los que luchan por sacar adelante la situación a través de su esfuerzo y dedicación personal.

Por tanto, de manera recíproca, aparece la crítica en sentido contrario, esta vez del profesorado hacia las familias. Observamos toda una serie de faltas de educación por parte de las familias sobre sus hijos.

No sirve de nada que desde uno y otro lado del contexto, nos apedreemos sin poner remedio y no gastemos nuestras fuerzas en marcar unas pautas para avanzar por un mismo camino.

Desde nuestra tarea educativa hemos de ser capaces de conjugar lo que el sistema nos exige, con las demandas de afecto de los alumnos para cubrir sus necesidades, comprenderlos y ayudarles a construir su propia personalidad. En nuestra mano está el poder ayudarles a salir el centro siendo personas críticas, autosuficientes y competentes.

III. ETAPAS EN EL DESARROLLO PROFESIONAL.

Dentro de las etapas en el desarrollo profesional de los profesores, desde la situación y ambición que me surge de la vocación que siento para ser un buen profesor, destaco el descubrimiento, la serenidad, el activismo y la duda. No por ello dejo de prestar atención a  los riesgos a los que me enfrento durante los 6 grandes períodos en el desarrollo profesional. Por ello, como dice Marchesi, busco la perspectiva de desarrollo profesional más adecuada y darle un sentido a mi actividad docente.

IV. EL BIENESTAR DOCENTE.

Teniendo en cuenta que la docencia influye directamente en la estabilidad emocional de los maestros, se señalan cuatro estrategias:
La reflexión sobre la actividad de la educación.
Los amigos compañeros.
El tiempo para el distanciamiento.
Cierta dosis de buen humor.

V. CRISIS DE CONFIANZA Y ESTABILIDAD EMOCIONAL.

La confianza es un factor decisivo a la hora de actuar y sentir de un profesor, como cualquier otro profesional o persona. Nos permite crecer y estar seguros de lo que somos y hacemos. El problema aparece cuando aparece la desconfianza, tanto propia como del resto de las personas que te rodean. Esto hace que la estabilidad del profesor se tambalee, que se pierda la identidad del docente y aparezca la insatisfacción con uno mismo y con el trabajo que realiza.

VI. LAS EMOCIONES EN LA DOCENCIA,

Es indudable la carga emocional  a la que un maestro se expone en su tarea profesional, sobretodo cuando supone una interacción positiva e impuesta entre él y los alumnos.

El maestro es quien tiene que saber conjugar su estado emocional con las características de la sociedad emergente, personificada en sus alumnos, y de la cual puede que el maestro ya no se sienta partícipe.

Es entonces cuando se consiguen sacar fuerzas de la satisfacción que produce poder enseñar a otros, los valores y las herramientas que les van a permitir desarrollarse en las mejores condiciones posibles.

VII. LOS PROFESORES QUE TUVE.

En este apartado, cada uno de nosotros recibe al instante recuerdos de su infancia y de los modelos educativos que más nos marcaron, aunque tendamos a recordar los casos más extremos.

VIII. ¿CÓMO SE LLEGA A SER PROFESOR?

 No solo vale con querer ser profesor, hemos de prepararnos continuamente para ello.

Pienso que si no cuidamos nuestra formación, puede que un día, sin darnos cuenta e incluso sin llegar a ser conscientes de ello, pasemos de ser un profesor, a un mero trabajador. Todo profesor debería ser un buen profesor, por eso califico al que no lo es, como un trabajador ajeno a la esencia del papel que debería desempeñar.

Por eso debemos enseñar y educar al mismo tiempo, ser teóricos y prácticos, en definitiva y como dice García Amilburu, debemos ser unos artistas.

No podemos olvidar las cualidades naturales necesarias para realizar la tarea docente, como la madurez, estabilidad emocional, autocontrol, salud psiquica, facilidad para la comunicación, saber escuchar, ser justo, paciente, etc…

IX. ¿POR QUÉ ME GUSTA SER PROFESOR?

Es fácil caer en la tentación de creerte el centro de atención y el que más sabe, la referencia o el que está en posesión de la verdad.

Una buena forma de intentar tener los pies en el suelo y no perder el rumbo que pretendemos llevar en nuestra vida como docentes, son los 5 componentes que el educador belga Kelchtermans desarrolló:
Autoimagen, autoestima, motivación para el trabajo, percepción de la tarea y perspectivas futuras.

Veo conveniente tener presentes estos componentes durante mi vida profesional que estoy a punto de comenzar para no dejarme llevar por la comodidad y olvidarme del motivo real por el que me gusta ser profesor.

X. LOS ESTILOS DE EDUCACIÓN.

Todos estos estilos educativos que se nos presentan en este apartado, nos marcan de manera clarificante las posibilidades que tenemos de sentirnos realmente como los profesores que queremos llegar a ser.

De entre ellos, destaco el estilo democrático de Weber y el profesor excelente de Marques.

También es importante la clasificación realizada hacia los profesores con problemas y la clasificación de Mahíllo sobre los tipos de malos profesores. En esta división se muestran a los profesores como perfiles determinados en función de su visión sobre los alumnos y el modo en el que pretenden educarles, como es el profesor gasolinero, el jardinero, el cuartelero y el circense.

Entre las habilidades docentes que se deben tener para poder realizar la tarea educativa de manera correcta, han de sumarse la preparación específica, como señala Gª Almilburu.

Cabe destacar las 6 indicaciones para poder ser más hábil en el desarrollo de las funciones de profesor.

La actitud del maestro influye directamente en los resultados del proceso educativo, según sea positiva o negativa, según Amat.

Seguidamente aparecen dos listados sobre lo que un profesor debe o no debe hacer, muchas de las cuales entran dentro del sentido común, pero es necesario que se muestren, ya que en algunas ocasiones podemos caer en el error de no seguirlas.

Carbonell realizó un decálogo sobre los atributos, roles, funciones y tareas del profesor del siglo XXI, que se pueden resumir en ser una persona abierta, activa, comprensiva y con ganas de seguir aprendiendo y mejorando.

Partimos de la base que no existe un modelo de buen profesor único, algo lógico por otro lado, ya que cada persona es diferente al resto en diversas cualidades y depende de cómo utilice sus recursos, aunque sean completamente distintos, para llegar a impartir una enseñanza de calidad, siendo un profesor valioso y comprometido. Es cierto que existen ciertas características que pueden coincidir entre unos y otros profesores, pero no como para hacer una clasificación estricta que aparte o acepte a un perfil u otro.
También es importante tener conciencia de las características del profesor con autoestima, según Voli.
La autoestima es fundamental en los seres humanos, ya que es la vía por la que se adquiere la confianza y permite poder desarrollarnos mejor en nuestras funciones, sobretodo en el papel de un profesor. Esto se relaciona directamente con la carga emocional que conlleva el trabajo de la docencia. Por ello es conveniente incorporar una serie de hábitos para elevar la autoestima y no permitir que nos hundamos y dejemos de lado nuestra tarea educativa.

Las competencias del profesor son una serie de valores, creencias, compromisos, conocimientos, capacidades y actitudes que nos deben llevar a conseguir una buena educación para todos, según señala Escudero.

Todas ellas han de ser y estar orientadas al servicio de un proyecto centrado en los estudiantes, como apunta Cano en referencia a este tema.

Es conveniente saber que la adquisición de una habilidad pasa por diferentes fases como son: novato, principiante avanzado, competente, diestro y experto.

Me encanta la idea de convertir mi estilo de vida en algo unido a la actividad docente, destacando por Marchesi la autoridad y la responsabilidad, así como el compromiso con los otros. Para ello veo conveniente también las 10 nuevas competencias que señala Perrenaud, trabajando éstas de forma que se relacione cada una con un grupo delimitado de problemas y tareas, así como, clasificar los recursos cognitivos movilizados por la competencia respectiva.
A su vez, se ha realizado una clasificación de competencias docentes divididas en 3 partes.

Por un lado están las competencias académicas, didácticas y organizativas. En segundo lugar están la adquisición de conocimientos sobre la disciplina y su didáctica, el desarrollo de habilidades sobre el rendimiento académico, el desarrollo integral del profesional, su autoconcepto y la investigación continua. Por último, destaca la competencia cultural, pedagógica, tecnológica y personal.

Con respecto a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, se desarrollan las competencias transversales o genéricas y las específicas.

Entre las transversales se destacan las instrumentales, las personales y sistemáticas.
En cambio las específicas atañen al saber estar, hacer y ser.

Entre algunos de los autores que han aportado sus conocimientos sobre las competencias, están Cano y Marchesi, exponiendo 7 competencias respectivamente.

III. METODOLOGÍAS DOCENTES.

El modelo o método de aprendizaje debe estar reflejado en nuestras propias creencias de manera global. Cada vez que recibo experiencias con el mundo docente, me doy más cuenta del nexo indivisible que hay entre la persona y la profesión. Son muchas las características como persona las que nos hacen actuar de manera natural en el ámbito docente, en definitiva, las que determinan nuestra metodología.
De aquí se revela la importancia de tener siempre presentes tanto el método con el que trabajamos y la metodología que llevamos a cabo para dar forma y sentido a nuestro propio método.

De hecho, el método que implantamos en el aula, debe llevar tras él todo un trabajo de reflexión, investigación y compromiso, tanto con nuestros compañeros, alumnos, padres y nosotros mismos, reflejado en el portfolio y en la comunidad de aprendizaje.

Pararte a pensar en el método que quieres utilizar es por un lado, toda una invitación a soñar e imaginar tu ideal de forma de desempeñar tu función como docente, pero al mismo tiempo,  un instrumento que hace que pongas los pies en el suelo y que te fijes por donde vas a comenzar a caminar.

Gracias a ello podremos decir que hemos volcado nuestra esencia en nuestra vocación, que detrás del método estoy yo en primera persona con todas mis creencias, las cuales dan forma a la metodología que nos mueve.

Para ello debemos tener un conocimiento sobre la inteligencia humana, ya que es a través de nuestras habilidades y destrezas por las que se muestra y experimenta:
La memoria, la capacidad lingüística y matemática, el razonamiento, la capacidad espacial, la creatividad, la capacidad social y la emocional.

Y no sólo un conocimiento de la inteligencia, sino un uso continuo para mantenerla sana y renovada, preparada para ponerla a prueba diariamente. Debemos tener en cuenta que las funciones básicas del cerebro, además del resto de funciones, están condicionadas por el ámbito emocional, el afecto. Por ello, para poder utilizar la inteligencia de la manera más beneficiosa para nosotros mismos y los demás, debemos conjugar toda una serie de factores, desembocando todos ellos en diferentes respuestas y acciones. Hechos que nos hacen crecer como personas y moldearnos como tales. Hechos que nos permiten afrontar retos y situaciones complicadas, dando paso a los nuevos aprendizajes.

De aquí surgen dos grandes objetivos: cómo ser eficaces en la vida y reflexionar y autoevaluar nuestro aprendizaje.
El autor Guy Claxton señala que para aprender bien es necesario tener interiorizado:
Que vivir es aprender, así como saber que aprendemos muchas cosas y que estamos preparados para ello. Saber que el aprendizaje es y debe ser diverso en sus formas, lo que nos permite sumar y desarrollar herramientas, etc.

Pero además nos avisa de los riesgos que corremos al estar vinculado todo este proceso de aprendizaje, a las emociones. Esto nos puede afectar en determinadas ocasiones e impedirnos pensar y actuar positivamente. Para ello se necesita tener claro las prioridades que tengo, el por qué aprender, cómo será la experiencia y cuáles son mis recursos.

De alguna manera, los objetivos del aprendizaje se enfocan para combatir los 3 analfabetismos: el de la lectura, el sociocultural y el tecnológico. Lo que nos ayuda a tener en todo momento, una base en la cual poder desarrollar nuestro aprendizaje y utilizar todas nuestras capacidades. Gracias a esto, podremos hacer frente al cumplimiento de las dos características que Monserrat del Pozo considera elementales: se capaz de anticiparse y saber dar participación.
Sobretodo tenemos que tener en cuenta, que si buscamos en nuestros alumnos ser los verdaderos protagonistas del aprendizaje, debemos desde la escuela hasta los profesores tener una visión y razonamiento más amplio. Si caemos en la tentación de centrar nuestro razonamiento en lo analítico, además de limitarnos nosotros mismos, impedimos que nuestros alumnos se desarrollen en la parte creativa y práctica.

Gracias a Robert Swarchz, contamos con una serie de plantillas para la interiorización y aplicación de los distintos modelos de razonamiento y de los pasos a seguir para su aplicación.

Con todo esto, lo que estamos haciendo es realizar una selección de nuestra metodología, así como un modelo de aprendizaje y relación. Una buena forma puede ser mediante la formulación de buenas preguntas, manteniéndolas para que sean ellos los que piensen e intenten responderla aunque se equivoquen y ampliarlas. Además, si consigues plantear situaciones problema que se relacionen con los de la vida cotidiana, cuentas con un aprendizaje significativo con aplicación práctica, lo cual estimula su aprendizaje.

También se destaca y considero importante, la capacidad del profesor para reflexionar sobre el aprendizaje. Esto nos lleva a conocer cómo aprende el alumno y poder ofrecer métodos o estrategias que le ayuden a conocerse mejor a sí mismo y buscar su propio metodo de aprendizaje, es decir, que aprendan a aprender.

Elena Martín y Amparo Moreno hacen una relación de las competencias que debemos ser capaces de desarrollar con los alumnos a través de la competencia de aprender a aprender. Parte de una actitud activa, positiva, estable y dispuesta a aprender con los demás, desde unas capacidades cognitivas  y su autorregulación, mediante unas estrategias de aprendizaje.

Me imagino como profesor utilizando el portfolio y veo la posibilidad de uso que le podríamos dar con el grupo clase. Por ejemplo, sería útil para trabajar la autoevaluación de los alumnos, colgando en un blog de clase las actividades ya corregidas en el aula. De esta manera tendrían la oportunidad desde sus casas de repasar y tener acceso a todas las actividades completadas y corregidas en la web.

También se podrían aportar anotaciones de recuerdo que se hayan dicho en clase en algunas actividades o conceptos más complicados para ellos. Esto puede ayudar a los que les cuesta un poco más o no hayan podido asistir a clase esos dás.

Otra de las opciones puede ser el apartado de actividades extras a disposición de los alumnos que quieran realizarlas, pudiendo elegir entre refuerzo, ampliación, con más dificultad, etc.

La metodología de trabajo, al fin y al cabo, nos debe llevar a enfrentarnos a situaciones y retos que impliquen esfuerzo, coraje, reflexión, humildad y creatividad. Todo ello a partir de una motivación previa y un sentimiento de querer involucrarse en esa situación problema planteada en el aula. De este modo es como una unidad didáctica debe iniciarse, siendo el alumno un partícipe activo a modo de investigador, dentro de un aprendizaje cooperativo.

Este método de aprendizaje favorece al alumno en numerosos aspectos relacionado con las competencias y le despierta una actitud positiva para aprender.

He visitado la página http://pbl.guim.net , en la cual desde un principio valoran la importancia de tener un conocimiento y entendimiento claro del problema, así como verificar lo que sabemos de él. Nos aconseja además sobre una buena forma de plantear una lluvia de ideas de manera eficaz y la organización de las mismas. Los objetivos deben estar en relación con lo que pretendemos conseguir y el problema planteado. Además se exige al alumno un proceso claro de trabajo individual, a partir de su responsabilidad como parte importante del grupo y de la consecución del problema.
Con todo este proceso, lo que se busca es que al acabarlo el alumnos sepa realmente lo que ha aprendido, lo haya analizado y elaborado un informe que resuma su trabajo y resultados obtenidos.

Desde nuestro papel como profesores debemos ser empáticos, tener humanidad y una buena capacidad comunicativa para que dé un buen resultado.

Esta modalidad de aprendizaje me gusta personalmente, incluso me doy cuenta también, del uso que le doy en mi vida cotidiana a la hora de ayudar a resolver problemas con los demás. Me resulta fácil imaginar situaciones de aula con los alumnos, planteando problemas y relacionándolos con los de la vida cotidiana. Al analizar lo aprendido realizando comparaciones con otros problemas, nos permitirá en ocasiones seguir conectándolas con otros problemas de la unidad didáctica que queremos resolver y poder seguir avanzando en el viaje con mis alumnos.

Es importante el uso de la red, como veníamos viendo, para el aprendizaje de nuestros alumnos en estos tiempos que corren. Con respecto a esto, Elena Barberá expone de manera clara las finalidades de la educación en red.
Deben tener un carácter socializador, abierto para todos. Dotar de responsabilidad de aprender con sus capacidades dentro de un medio nuevo. Tener una naturaleza informativa y comunicativa, con un carácter formativo. Sin duda es un entorno que les motiva y les puede servir para la evaluación, organización, análisis e innovación. Por último, se destaca el carácter de investigación, como anteriormente se pretende al alumno en el aprendizaje cooperativo a partir de la resolución de problemas.

Son varias las opciones de acción que nos ofrece José Antonio Millán para utilizar en la Red y que los profesores debemos de estar atentos, además de las nuevas herramientas que vayan apareciendo.

Es cierto que la literatura y el cine nos ofrecen un medio de aprendizaje vital y social, mediante el alumno puede aprender a vivir viendo vivir a los otros. Lo que en definitiva hacemos desde que nacemos, como seres sociales que somos. Es importante por tanto, realizar una apropiada selección de textos y películas.

El autoaprendizaje carga de responsabilidad al alumno para organizarse su trabajo y de adquirir nuevas competencias según su ritmo, autoevaluarse y conocerse, autorregulando su aprendizaje y sus estilos de aprendizaje

La importancia del porfolio recae en su aplicación práctica en nuestra vida como profesor y en la ayuda a la reflexión y el avance de nuestro propio yo como profesor
Antes de finalizar, me gustaría agradecer los consejos y pasos a tener en cuenta que se dan en este libro. Ahora que estoy a punto de empezar una nueva etapa en mi vida, me sirven de ayuda y reflexión. Ya estoy poniendo en práctica algunos de ellos, imaginándome otros de ellos, soñando con mi futuro yo profesor, en definitiva, me ha motivado para comenzar esta aventura.

Algunas de mis vocales pedagógicas para ello son:

A: Actitud positiva, ánimo, andamiaje, apertura.
E: Energía, educación, empeño, estrategia, estabilidad, ensalzar, entender, empatía, elogiar, enamorar, elasticidad.
I: Interés, intensidad, ilusión, imaginación, innovación.
O: Oportunidad.
U: Unidad, utilidad.

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